Martínez, cofundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se destacó por su capacidad de organización y su visión progresista, aliándose con líderes como Cuauhtémoc Cárdenas en la búsqueda de un México más justo y equitativo. A lo largo de su carrera, ocupó los cargos de senadora y diputada, donde impulsó leyes y políticas que beneficiaron a los sectores más vulnerables de la sociedad. Su labor en el Congreso fue fundamental para avanzar en temas de justicia social, derechos humanos y educación.

Como académica, Efigenia fue maestra de generaciones de economistas, contribuyendo a la formación de nuevos líderes que hoy continúan su legado. Su enfoque en la enseñanza se centró en la importancia de la ética y la responsabilidad social en la economía, inspirando a muchos a seguir sus pasos en la lucha por un mundo más equitativo.

El pasado 1 de octubre, en un gesto cargado de simbolismo, entregó la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, un momento que marcó un hito en la transición política del país y que simbolizó la apertura de nuevas oportunidades para las mujeres en la política. Este acto no solo fue un reconocimiento a su trayectoria, sino también un testimonio del cambio generacional que Efigenia promovió a lo largo de su vida.

Su compromiso con la justicia social, la equidad de género y su incansable lucha contra la corrupción y la desigualdad han dejado una huella profunda en la historia de México. La comunidad académica, política y social llora su partida, pero su legado perdurará, sirviendo de inspiración para futuras generaciones. Descanse en paz.